Nueve

Este es probablemente de los "secretos" mejor guardado de la ciudad. Queda escondido detras de un almacen de ropa en Quinta Camacho y es increible. El ambiente es acogedor y calido, el meson principal en el medio de la cocina y la cava de vinos es el lugar para sentarse y disfrutar plato por plato que Pedro, su chef y sommelier saca de la cocina. El concepto esta creado para compartir varios platillos, lo cual lo hace muy agradable y divertido. Ademas, tiene mas de 100 referencias de vinos, los cuales puedes pedir por copa independientemente de su valor.

Me pareció un concepto interesante y distinto. Los bocados son muy ricos, hay para todos los gustos y paladares. El lugar es muy lindo, intimo, pequeño y acogedor. Ni hablar del árbol que tiene la cocina... Espectacular! La atención es buena y las sugerencias del mesero estuvieron perfectas.

Buena comida, salvo los spring roll de pato, faltó sabor al ave. Pide el piquillo con queso de cabra y el miniburger de cordero, muy ricos. El cake rice también rico. Me sorprendio que el postre de turron lleve helado de vainilla Popsy, opino que contradice el concepto del restaurante. El servicio regular, la mesera asignada no conocía la carta, falta mas capacitación en carta y en vinos.

Sitio con diferentes platos para compartir, con sabores y texturas agradables, un ambiente muy agradable que entre tapas, vinos y cócteles puede generar un agradable momento

Muy buenas las empanadas de posta negra y las lumpias de pato. Súper ambiente muy acogedor, recomendado para tomarse unos vinos. El concepto de comprar en el delikatessen de la un plus.!