Nueve

Intimo y diferente, en general muy recomendado, puedes probar diferentes vinos sin comprar la botella y probar varios platos deliciosos para compartir.

En el corazón de Quinta Camacho, en una casa representativa de la zona, se encuentra un restaurante a puerta cerrada, Nueve. El ambiente es acogedor, una decoración sobria que permite que se pase un buen momento. El servicio memorable, cada mesero conoce a profundidad los platos y la recomendaciones realizadas fueron bastante acertadas. La opción de copa de vino de mas de 150 referencias, entre espumosos, tintos, rosé, blancos y dulces es bastante interesante, lo que permite que el comensal acompañe su plato. La comida muy rica, pero hay que saber escoger ya que si bien es algo costoso el lugar, las tapas o los platos pequeños son el menú, y quizá hay que comerse una tapa y un plato pequeño para quedar satisfecho. Los toques regionales y criollos de los platos dan un sabor inigualable. Recomendado mas para ir a cenar mas que para almorzar para mi juicio.

El vino tinto espumoso es increíble! Recomendado para tomarse buenos vinos y tapear, el ambiente es raro por tener una tienda, si lo separan sería mejor.

El restaurante está dentro de una casa sin letrero o aviso y toca con reserva. La comida es espectacular y combina insumos cotidianos logrando platos diferenciales. El servicio es muy bueno y el dueño pasa saludando por las mesas lo cual me pareció acogedor.

Aunque fui a principios de año, no puedo dejar de recomendar este restaurante. El concepto de servir deliciosas recetas en tapas y maridar con una larga selección de vinos merece un gran aplauso. Recomiendo aumentar las porciones de las tapas, puesto que algunas son muy pequeñas.