Islamorada

De los peores sitios a los que he ido a comer. Una carta sin identidad, gigante y la comida sin sabor, poca gracia tiene el lugar y los precios son altísimos

Es un lugar que por ser tan apartado respira una tranquilidad enorme. Muy buenos los platos, la atención alcanza a ser un poco demorada dependiendo de la ubicación que tengas dentro del restaurante. Excelente música en vivo.

El restaurante es demasiado lejos, la carretera es destapada, la atención por parte de los meseros es demasiado lenta, la comida no es nada especial y te hacen esperar casi 1 hora para poder comer.

La comida es aceptable pero no sobresale con respecto a otros restaurantes del mismo nivel.

La comida no me sorprendió, tal vez es una buena propuesta para un gran sitio de eventos y fiestas para el cual se deba pagar un cover. Sin embargo, si el plan es ir a comer cuando estás por Sopó o La Calera y te piden pagar un cover para entrar y no encuentras una propuesta gastronómica diferencial la situación no es positiva. El lugar es más un desacierto de diseño y concepto de playa en la mitad de la fría montaña andina.