La decoración interior es hermosa. Con sus botellas de vino , de aceite, de acetato balsámico, sus pastas... expuestas,abre el apetito y la sed de cualquiera nada más entrar. La terraza por contra, es algo más sobria aunque muy linda! Hay calefactores para asegurarse de que nadie pase frío allá. En cuanto a la comida, la burrada con tomates orgánicos y el carpaccio Primi estuvieron deliciosos. Especial mención a los tomates. La pizza de pancarta e higos fue sin duda el toque diferente de la noche. Espec! De postre, un volcán de dulce de leche. Para los que amen el dulce, les encantará. Viene acompañado de helado de vainilla y migas crocantes de galleta. Increíble! El servicio fue muy atento en todo momento y estuvieron siempre pendientes de que no estuviésemos pasando frío. Lugar ideal para ir en grupo con amigos o con pareja.
