Merlin

Muy interesante el concepto de los champiñones. Tienen una gran variedad de preparaciones con champiñones, aunque inicialmente pensé que tenían distintas especies de zetas, me di cuenta que es el mismo ingrediente. El plato de champiñones con tres quesos estaba rico, aunque no sorprendente en su sabor. Al final fue difícil comer el queso porque terminó pegado al plato de cerámica, y arriba , quedaba una salsa muy líquida que no me interesa comer. El lugar es muy acogedor y esa noche de sábado tuvimos música en vivo.

Para la zona, está chévere. Los champiñones son muy ricos. El sitio no muy elegante, pero tiene su encanto. Algunas noches hay poesía o música, no de mi gusto, pero no quiere decir que malos.

Restaurante centrado en champiñones. Es un lugar para ir en la noche, pues es en ese momento donde la decoración y el lugar tomarán ese ambiente particular y agradable. La carta es sencilla, deliciosos champiñones rellenos, con variedades para todos los gustos, son bastante ricos, pueden pedir el Elixir Vampiro una versión muy buena de un vino caliente.

El sabor de los platos con champiñones nos pareció muy bueno, realmente deliciosos, sin embargo la porción es algo pequeña. Fuimos de día, así que el ambiente en realidad fue normal, nada extraordinario porque no habían músicos en vivo y las velas no estaban encendidas. No tenían un datafono bueno, lo que hizo que nos quedáramos sin efectivo.

Decorado con el ambiente del mago, sorprende desde la carta hasta la enorme chimenea central que evoca pasiones entre los brebajes (bebidas de la casa) los cafés retóricos de arte y sin duda el mejor sitio para comer champiñones en la ciudad.