El Tambor (La Calera)

La comida esta bien, tiene todo lo que nos gusta a todos cuando estamos en familia felices al aire libre, comida tipo asado o piquete pero sin tanto colesterol, carnes , arepas, guacamole, papas, plátano, rellena, chicharron , etc, etc, comida de buen sabor y por un precio accequible sobre todo si vas en grupo. Tienen mucho pero mucho éxito los fines de semana y hay que esperar en las filas para pagar hasta 40 minutos, mas otros 20 min para que entreguen la orden. Lo malo: como es posible que haya una cola larguísima aparte para pedir bebidas ? eso es ridículo, llegas a este lugar y haces mas colas que para pedir una cita de especialista en una eps. Los restaurantes son super agradables y campestres a pesar de tanta gente, es buenos que puedas llevar hasta el perro sin problemas

Lo bueno; el espacio. Aceptable; el servicio. Lo malo; la organización en las cajas, el pedido y despacho es algo de no entender, filas que pueden durar más que el promedio de restaurantes. La zona de parqueo a pesar de la amplitud, es un desastre por el suelo EXTREMADAMENTE rocoso, he visto la incomodidad de las personas, sin contar los que llevan adultos mayores o sillas de ruedas. La comida; regular, nada que no se consiga en otro lugar, destacable, la arepa, yuca y longaniza, las carnes son secas sin gracia ni sabor. No es el recomendado para salir cada finde, está sobrevalorado en muchos aspectos, además de un precio no considerable por la cantidad de comida que se recibe. La política de recibir mascotas es algo que si a Ud no le gusta, tiene que colmarse de paciencia para aguantar, sin mencionar que los dueños de los animales se ofenden si uno se siente incomodo, vivimos en el país del mis intereses van por encima del colectivo... ¿Volver? Con una visita al año es más que suficiente.

La comida es buena, el ambiente es demasiado bueno en un día soleado y el servicio no es mucho, dado que es autoservicio, pero las personas son amables cuando es necesario.

Solo para masoquistas. Si decide ir un domingo, esté listo para un trancón monumental en la carretera, un fila eterna para pedir una comida irrelevante, y un servicio inexistente

Siempre la mejor opción para compartir una picada con los amigos o familiares fuera de la ciudad con un tranquilo ambiente