Casa

Uno de los mejores ambientes de Bogotá con una cocina inteligente, de excelentes sabores mediterráneos, una carta sencilla, no muy larga pero bien equilibrada. Un clásico absoluto de Bogotá con un servicio eficiente, bien entrenado y no demasiado formal. Un placer volver a menudo.

Un lugar bueno para encontrarse con los amigos en un ambiente muy tranquilo donde se puede disfrutar de buena comida. El servicio es bueno, en tiempo justo. El personal podría estar más capacitado en la coctelería que ofrecen. Los cócteles son diferenciados y para todos los gustos. Recomendados los langostinos aplanados, buenísimos

LLevaba varios meses sin ir a este restaurante y lo visite este fin de semana. Recorde lo agradable de su ambiente, decorado con cuadros de artistas Colombianos conocidos, lo único que recomendaría, es mejorar un poco la iluminación que me pareció muy tenue. El pollo es espectacular, tiene la textura perfecta, cocido lento y al llegar a la mesa esta perfectamente crocante. Las patatas bravas muy ricas y la ensalada de la casa también. De postre pedimos el sandwich de brownie con helado, buen postre no muy dulce.

No iba desde hacía un tiempo y como las otras veces, todo fue perfecto. Pedimos el tartar de lomo, porque ¿en dónde más se puede encontrar un helado de mostaza? Además, pedimos una ensalada para compartir de kale, aguacate, lentejas crocantes y salmón muuuuy buena. De fuerte pedimos el pescado del día con salsa mediterránea y papas chips, todo excelente, y una fideuá que me gustó mucho. De postre pedimos el cheesecake que también estaba delicioso

Simplemente delicioso, muy recomendado por la comida, el ambiente y el servicio...las croquetas y el arroz caldoso de mariscos un hit.