Una vaca lechera sin sustento gastronómico.
No venía a este restaurante hace más de 10 años. Era de mis preferidos en ese entonces. En esa época habían pocas alternativas interesantes como este sitio en Bogotá.
Traté de volver desde hace meses pero increíblemente siempre que pasaba estaba lleno (con fila) y no me apetecía hacer una reserva. Finalmente pasé temprano y conseguí mesa en la más reciente sección llamada el jardín. Al poco rato el sitio ya estaba lleno. Increíble!. Esto debe ser un súper negocio para Leo Katz. Es un restaurante grande y que en hora pico no tiene mesa libre. Sin duda un generador de caja para el dueño. Además tengo que aceptar que el jardín es una sección muy agradable, más en un día soleado.
La carta es un reflejo de lo que yo pedía hace diez años. Me costó trabajo encontrar nuevas alternativas. Hoy en día la veo como una carta aburrida y demasiado amplia. Casi que es difícil tomar una decisión. El servicio no ayudaba para nada. La administradora era muy atenta, pero el mesero que nos tocó dejaba mucho que desear.
Decidí ir por lo tradicional: un carpaccio de lomo con alcachofas, unos calamares apanados, un risotto de mar y una milanesa.
Antes de que llegara los platos nos trajeron el típica pita al horno del lugar. Sencilla, pero muy rica. Las entradas llegaron y me sorprendí del bajo nivel. Apenas para una cafetería italiana "de las malas". Los calamares sin sabor y el carpaccio servido hace horas y guardado en una nevera. Claramente un nivel muy bajo comparado con otros restaurantes similares. El risotto parecía el resultado de un proceso industrial. Puede pasar como el típico risotto que se puede conseguir en un supermercado europeo para calentar en casa. La milanesa apenas aceptable.
Felicito al dueño que es capaz de tener un restaurante lleno con una oferta gastronómica de muy baja calidad. Claramente la estrategia le sirve ya que ni siquiera tiene cambios importantes en el menú. Me queda la duda la razón por lo que la gente va. En mi caso solo volvería por la barra de antipasto que sigue ofreciendo la variedad del pasado. (Eso si, habría que evaluar el sabor).
Siento que yo evolucioné con la amplia oferta gastronómica en los últimos años y que este restaurante se estancó en sus laureles. Pero tengo que aceptar que a mucha gente aparentemente gusta y entre gustos....
