Amarti

Amarti como conserva el ambiente rustico que deberían tener todas las casas de Usaquén, se encuentran diferentes platos de cocina italiana tradicional o casera, el horno de leña fue de los primeros que hubo en Bogotá, y aún lo caracteriza, el pan, la Focaccia fresca y la pizza napolitana siempre serán buena alternativa. De los antipastos recomiendo el Antipasto de la barra (se vende por peso), o también el prosciutto dulce di Parma, el carpaccio de lomo, el Vitello Tonnato (ternera en salsa de atún) o una sencilla Bruschetta. De los Risottos recomiendo el verde (No es común encontrarlo en Bogota) el funghi porcini, o el quatro formaggi. De pastas el papardelle y las lasañas. Los postres son deliciosos, quizás de lo mejor que tiene el restaurante, el tiramisú la casa o está lejos de un buen tiramisú italiano.

Un restaurante muy lindo, especialmente la terraza. El pan de cortesía es exquisito! Destaco la sopa de tomate y el postres de hojaldre con helado de canela.

Lugar súper agradable para disfrutar de una buena cena. La atención es esmerada, y los platos en especial las pastas son muy ricos. Maneja una carta de vinos de muy buen nivel.

Los platos son absurdamente grandes, considero que ya exceden la porción adecuada; sin embargo los precios son comodos teniendo en cuenta el tamaño. La carta tiene muchas opciones y en cuanto a sabores va muy bien. El servicio comete errores frecuentes. El lugar es muy lindo y amplio

siempre mil sabores e infinidad de oportunidades, me encanta la barra de antipastos, la lasaña estaba un poco salada pero el resto súper