Esta experiencia ha sido única y muy especial; fui con mi novia el pasado 25 de agosto a celebrar nuestro 6to aniversario y le pedí matrimonio; debo decir que el lugar que ocupamos en la terraza es muy bonito, el ambiente es muy romántico; el servicio es excelente, la comida muy buena (Yo pedí salmón en salsa teriyaki y mi novia pidió punta de anca), pedimos una entrada de arepitas venezolanas y como bebida pedimos una jarra de sangría sin alcohol (76.000 pesos la jarra). Todo estuvo delicioso, la música muy agradable; y la persona que nos llevó hasta el puesto se llama Sebastián, es un joven con síndrome de down que refleja la inclusión que el lugar le da a las personas "especiales".. Me encantó definitivamente y volvería en fechas especiales.
