El restaurante es muy lindo estructuralmente, el diseño interior también, es un poco oscuro el lugar pero tienen música en vivo agradable. El servicio es de bajo nivel, se demoro la comida y bebidas en llegar aproximadamente 40 min, uno de los platos llegó cuando ya todos habíamos terminado de comer, tres meseros atendiendo a 11 personas y no sabían las posiciones de los platos ni bebidas fuera de que traían de a un plato. La comida no tuvo nada malo pero tampoco fue una sazón sorprendente para los precios que tienen. Pedí un jugo de mango biche y estaba muy salado, una limonada “natural” que sabía a químicos y no tenía ni una pizca de azúcar y ni nos la ofrecieron. Finalmente no recibimos disculpas en ningún momento por este pésimo servicio.