Black Bear

Es de esos restaurantes q todo lo tienen bien pero nada termina de ser espectacular, como todos los Takami tiene una coctelería excelente y una comida q no te puedes quejar de nada, pero también tienen algo más que los hace únicos... A este nunca se lo encuentro. No me parece que sea comida Americana es una mescla de cosas que no me permiten identificar la identidad, aún así es una apuesta segura, lo más destacable para mí es los nachos de cordero y el bife ancho.

Sus excelentes cocteles, uno de ellos el Penicillin, deleitan la vista con una bella colección de cristalería en su muy bien logrado raw bar y amplios ventanales de una bella casa que se llena de un lindo ambiente, muy buen servicio y excelentes platos. Porciones generosas y de temáticas variadas lo dejan a uno pensando en qué elegir seguramente si lo permite el presupuesto, en cada ocasión que se quiera repetir la visita. Se degustan ingredientes muy frescos y combinaciones exitosas, como el pato ahumado que se paladea al son de una música ambiental en un muy buen nivel de volumen que permite departir con la compañía en que se esté. Por fin variaciones para los amantes de la gastronomía en una zona que necesitaba aires nuevos.

El sitio como tal encantador, el pulpo, la fritura de mariscos excelente y el postre de chocolate, sin palabras. Un poco abarrotado de gente para mi gusto pero finalmente es lo que le da el ambiente al restaurante.

Todos los platos que pedimos fueron excelentes, la atmósfera del lugar es muy chevere tanto para comer como para tomarse unos tragos con amigos. Excelente relación calidad - precio.

El chorizo de cordero es muy sabroso y viene con lentejas, la carne en reducción de vinagre balsámico: blanda y tierna, buena atención, lo unico malo es que el restaurante estaba lleno y sostener una conversación en las mesas de dos personas es casi imposible por el ruido