Es un restaurante especializado en comida "italiana". En general el menú es completo y ofrecen muchas alternativas de pastas, carnes, frutos del mar y pizzas. Pienso que el restaurante perdió la perspectiva de la elaboración de sus platos volviéndose una cadena que vende volumen y no calidad. El sabor bajo terriblemente y se siente que la calidad de todo no es la óptima. Hoy probé el risotto gamberi, trae una buena porción de proteína pero le falta mejorar el sabor, y debería tener más cremosidad para ser un risotto. La pasta Alfredo con champiñones tienen una buena porción pero el sabor está ausente porque no se siente por ningún lado los sabores de la leche, la mantequilla o el queso parmesano. Es triste ver cómo intentan ahorrar ingredientes y a unos precios que no son razonables. Lo único que rescato hoy es el carpaccio de salmón que estaba bien elaborado y con buen sabor. La carta de vinos es corta pero en general están a un buen precio. La atención es normal, algo demorado los platos y aunque el lugar es cómodo es terriblemente ruidoso. Este restaurante tiene que reincorporar nuevos chefs que sean bondadosos con los ingredientes y que sus dueños piensen más en el comensal
