El 8 de enero estuvimos un grupo de más de 10 personas. Varios de los comensales solíamos frecuentar la Fragata tanto del Centro como la de la Calle 100. Los platos casi en su totalidad estuvieron muy malos. Podría uno decir que la Fragata de antaño simplemente ya no existen. Si no hacen un cambio radical van terminar cerrando el restaurante de la Calle 100 tal como les tocó hacer con el del Centro. Una verdadera lástima, solía ser uno de los mejores restaurantes de Bogotá.
Había venido 2 veces antes y me gustó mucho. Pero este restaurante ya no es ni la sombra de lo que fue. Hicimos un pedido y llegó 75 minutos después. A uno de los comensales no le trajeron su plato, y cuando se hizo el reclamo la respuesta fue “es que la culpa es de él por haber pedido un plato que se demora”. Increíble, por su puesto será la última vez que vamos a ese sitio.
Es la segunda vez que asistimos a este restaurante y la verdad en esta oportunidad quedamos decepcionados. Por el mismo precio en otros restaurantes se puede comer mucho mejor. Pareciera que el Chef estaba de vacaciones. Si bien el lomo en salsa de pimienta y la sopa de pescado estuvieron sabrosos, las alcachofas y la Bistecca Angus estuvieron por debajo de las expectativas.
Segunda vez que visito este restaurante cuna de la mejor comida de la ciudad.
Recomiendo especialmente el Gosht Patiala Shahi, un cocido de cordero de rechupete.
¡Qué decepción!
El pato, aunque de buen sabor, estaba seco, con poco de la anunciada salsa de tamarindo y con un coco que no estaba en la carta. No es costumbre en los buenos restaurantes llegarle al comensal con sorpresitas.
La entrada de palmitos gratinados estaba sencillamente incomible. Los palmitos durísimos. La entrada de espárragos y hongos estuvo bien, con una salsa muy rica, pero algo aguada. La sopa de tomate verdaderamente deliciosa. El lomo sabroso, así como la pizza que se pidió.
Por el lado del servicio, la cosa sí que estuvo mal. El mesero despistadísimo. No trajo todas las bebidas, se desaparecía. Tocaba pararse para buscarlo. Ah pero eso sí cometiendo la indecencia de servirle a uno el vino. Horror de los horrores.
El ambiente sí estuvo estupendo.
Sinceramente sentí que hoy 30 de diciembre estaban los reemplazos. No creo que hubiese un chef a cargo sino el asistente del sous-chef. Los meseros con poquísima experiencia parecían los reemplazos de los reemplazos.
Hacía 3 años no iba a El Tambor. ¡Qué decepción! Del sitio aquél de carne jugosa, mazorcas deliciosas y sabrosas papas, yucas, plátanos y morcillas queda poco, muy poco. No vale la pena pegarse el viaje a la Calera y pagar peaje para encontrarse con semejante disminución en la calidad de la comida. Ah y ahora no tienen varias de las cosas que aparecen en el menú.
Tenía mayores expectativas sobre el restaurante, la verdad. Me sucedió una cosa extraña con mi plato. Pedí un filete de pescado cubierto de pistacho, la mitad del mismo estaba verdaderamente delicioso, pero la otra mitad completamente insípido.
La verdad pienso que este restaurante está sobrevalorado. La comida es buena pero tampoco nada especial. Las carnes son su especialidad, porque la verdad el atún que me tocó muy regular, desabrido más bien.
El ambiente regular, muy sobrio y el paisaje nada del otro mundo. Las meseras de poca experiencia, olvidan cosas básicas.
La Fragata
El 8 de enero estuvimos un grupo de más de 10 personas. Varios de los comensales solíamos frecuentar la Fragata tanto del Centro como la de la Calle 100. Los platos casi en su totalidad estuvieron muy malos. Podría uno decir que la Fragata de antaño simplemente ya no existen. Si no hacen un cambio radical van terminar cerrando el restaurante de la Calle 100 tal como les tocó hacer con el del Centro. Una verdadera lástima, solía ser uno de los mejores restaurantes de Bogotá.
Leo (Chapinero)
Todo estaba absolutamente delicioso. Leo merece la fama que tiene. Lástima que por el precio no es que se pueda ir con frecuencia.
Bosforo (Santa Barbara)
Había venido 2 veces antes y me gustó mucho. Pero este restaurante ya no es ni la sombra de lo que fue. Hicimos un pedido y llegó 75 minutos después. A uno de los comensales no le trajeron su plato, y cuando se hizo el reclamo la respuesta fue “es que la culpa es de él por haber pedido un plato que se demora”. Increíble, por su puesto será la última vez que vamos a ese sitio.
Bistecca E Vino Da Trattoria de la Plaza (Quinta Camacho)
Es la segunda vez que asistimos a este restaurante y la verdad en esta oportunidad quedamos decepcionados. Por el mismo precio en otros restaurantes se puede comer mucho mejor. Pareciera que el Chef estaba de vacaciones. Si bien el lomo en salsa de pimienta y la sopa de pescado estuvieron sabrosos, las alcachofas y la Bistecca Angus estuvieron por debajo de las expectativas.
Taj Mahal
Segunda vez que visito este restaurante cuna de la mejor comida de la ciudad. Recomiendo especialmente el Gosht Patiala Shahi, un cocido de cordero de rechupete.
Harry Sasson
¡Qué decepción! El pato, aunque de buen sabor, estaba seco, con poco de la anunciada salsa de tamarindo y con un coco que no estaba en la carta. No es costumbre en los buenos restaurantes llegarle al comensal con sorpresitas. La entrada de palmitos gratinados estaba sencillamente incomible. Los palmitos durísimos. La entrada de espárragos y hongos estuvo bien, con una salsa muy rica, pero algo aguada. La sopa de tomate verdaderamente deliciosa. El lomo sabroso, así como la pizza que se pidió. Por el lado del servicio, la cosa sí que estuvo mal. El mesero despistadísimo. No trajo todas las bebidas, se desaparecía. Tocaba pararse para buscarlo. Ah pero eso sí cometiendo la indecencia de servirle a uno el vino. Horror de los horrores. El ambiente sí estuvo estupendo. Sinceramente sentí que hoy 30 de diciembre estaban los reemplazos. No creo que hubiese un chef a cargo sino el asistente del sous-chef. Los meseros con poquísima experiencia parecían los reemplazos de los reemplazos.
El Tambor (La Calera)
Hacía 3 años no iba a El Tambor. ¡Qué decepción! Del sitio aquél de carne jugosa, mazorcas deliciosas y sabrosas papas, yucas, plátanos y morcillas queda poco, muy poco. No vale la pena pegarse el viaje a la Calera y pagar peaje para encontrarse con semejante disminución en la calidad de la comida. Ah y ahora no tienen varias de las cosas que aparecen en el menú.
Amarti
Tenía mayores expectativas sobre el restaurante, la verdad. Me sucedió una cosa extraña con mi plato. Pedí un filete de pescado cubierto de pistacho, la mitad del mismo estaba verdaderamente delicioso, pero la otra mitad completamente insípido.
El Molino
La verdad pienso que este restaurante está sobrevalorado. La comida es buena pero tampoco nada especial. Las carnes son su especialidad, porque la verdad el atún que me tocó muy regular, desabrido más bien. El ambiente regular, muy sobrio y el paisaje nada del otro mundo. Las meseras de poca experiencia, olvidan cosas básicas.
14 Inkas (Calle 95)
Es bueno en pescados y mariscos, pero el cerdo estaba seco. Los ceviches son especialmente sabrosos. Ah y el vino Syrah riquísimo.