El lugar, la decoración y la música, espectaculares. Los meseros prestan un servicio estupendo; son muy amables y conocen bien los platos y las bebidas. No obstante, la "hostess" es de lo más tóxico que he visto. No está en el lugar indicado pues prefiere tener mesas vacías durante toda la noche que sentar a personas que llegan desde las 6pm y permanecen ubicadas por más de 2 horas en la barra. En una sóla noche presencié cómo 4 personas (de diferentes mesas) se quejaban ante la hostess de su mala actitud y poca vocación de servicio. Lo anterior se evita haciendo reserva, el problema es que la mayoría de la gente no sabe si va a querer estar en Bandido después de un mes y medio que es el tiempo mínimo de antelación con el que se debe efectuar la reserva (otro absurdo del sitio). Por esa razón no volveré al sitio ni lo recomendaré.