Débora tiene una de las propuestas gastronómicas más interesantes de la ciudad. Su carta es pequeña pero los sabores son sorprendentes y los platos son hermosos. La decoración del lugar me encantó.

La propuesta culinaria es muy interesante, los sabores son sorprendentes y los productos de alta calidad. El sitio es agradable, el personal es amable. El pan es una maravilla.

Excelente comida, el servicio es muy cálido y la presentación de los platos es preciosa. Perfecto para una noche especial, porque el sitio y la vidta son espectaculares. Su compromiso con preservar los sabores andinos y trabajar con huertas urbanas es de destacar.

Una carta con opciones muy interesantes en las entradas, platos fuertes con sabores equilibrados y postres con diferentes texturas y una bella presentación hacen de este restaurante una muy buena alternativa. Nos inclinamos por los recomendados, la entrada de cangrejo, la pesca del día y el postre de cuajada de guayaba y todo estuvo a la altura. El sitio además es precioso, la atención es muy cuidada y en general la experiencia es muy agradable. A gusto de consumidor los sabores de los platos de sal pueden ser más contundentes, pero en general están muy bien.

Jacques es de mis preferidos por su buena cocina, la atención comedida del personal y la barroca decoración francesa que lo caracteriza. Genial para el brunch del fin de semana, el almuerzo o unas onces con su bella y deliciosa repostería. Definitivamente muy recomendado

En general un restaurante bien intencionado, con una carta variada y comida rica. Tiene buena relación calidad y precio. Pedí un baby beef pero no resultó tan suave como esperaba. Lo mejor fue el Morrillo a la Kasta, la carne suave y de buen sabor. Las guarniciones muy ricas pero no tenían muchas de las entradas. Las empanaditas no fueron tan ricas. Pedimos de postre un flan de coco y nos fue muy bien. Con respecto al servicio tuvo desaciertos, seguro porque el restaurante estaba muy lleno. El ambiente no fue tan agradable porque la música en vivo no estuvo muy bien y el volumen en general estaba muy alto. Un restaurante lleno con música a todo volumen no resulta grato para el plan familiar.

Creo que como a varios se nos ocurrió la idea de visitar Pozzeto antes de su cambio de locación. El sitio conserva el ambiente de los ochentay el servicio es aceptable aunque un poco lento. Los precios son asequibles. En cuento a la comida la carta tiene muchas opciones aunque como casi todo es pasta no se siente mucho la variedad. Los platos son generosos y eso está muy bien, aunque a veces puede ser hostigante comer tanto de lo mismo.

El restaurante es muy bonito, la atención es buena y la cocina muy atrevida. El concepto de cocina fusión con ingredientes locales es interesante pero a veces el resultado no es muy balanceado. Las entradas son buenas pero el sabor no es especialmente memorable, los platos fuertes estuvieron ricos y las bebidas también.

Es un restaurante muy bonito, de gran ambiente, con una buena carta de cocteles y una propuesta culinaria con sabores fuertes pero en general agradables. Comida criolla con notas de sabor que hacen diferente la experiencia. La chicha no fue lo mejor. Pedimos budin de maduro pero la presentación en migas remojadas en caramelo no nos gustó. La torta estaba bien pero con el caramelo resultó demasiado dulce y no tenia nada para balancear el sabor.

La comida es excelente, vale la pena pedir muchas entradas para compartir. El sitio es pequeño y como se ha popularizado mucha gente reserva. La selección de vinos y los postres también son muy recomendables. Lo mejor fue la mousaka.