Pedí unos tacos de salmón y la sazón del mismo salmón no era como esperaba. Las salsitas de base cremosa como mayonesa estaban buenas: una era estilo chipotle. El servicio muy bueno y atento y, a pesar que fui a almorzar tarde, el ambiente y la deco son originales.

Yo pedí el róbalo que venía con seafood. Me pareció muy fishy, al punto que tuve que quitar la cama de mariscos del róbalo. De allí el pescado mismo estaba bueno, al igual que el vino y el acompañamiento de papas. Fuimos de almuerzo tarde por lo que éramos los únicos; el restaurante tiene una decoración clásica y seria, y la atención fue exquisita y todos muy cordiales y atentos.

El ambiente de Andrés D.C., como esperado, es sensacional y divertido. El lugar te pone de buen mood con solo verlo. Comimos unos patacones para compartir, con las distintas salsas y estuvieron delicioso. Yo solo pedí una sopa de verduras pero estaba en su punto, espesa y con mucho vegetal. De postre una vez más pedí el mousse que está rich pero a mi me fascina. Todos en mi grupo quedaron fascinados; se pidieron costillas, ajiaco, pollo en salsa bbq. Lo único fue que el pastel Kerneo (el endulzado con stevia) demoró más de 20 minutos para que saliera.