EL sitio es realmente impecable, es uno de los restaurantes en Bogotá donde se experimenta un servicio de un restaurante de mantel. La comida a pesar de tener bastante potencial quede un poco decepcionado, ordenamos de entrada pulpo, y de Fuerte raviolis, cordero y pesca del día, sin embargo le faltó a la comida ese toque especial por el cual uno está pagando un precio elevado y además el poder recomendarlo y volver. Recomiendo que si quiere ir a probarlo vaya de noche ya que tiene una vista privilegiada en un ambiente elegante y sobrio.

Es una muy buena opción si uno quiere probar comida colombiana en otro tipo de formato. Las entradas estaban muy bien preparadas, con unos excelentes chicharrones, exceptuando los sombreritos cucuteños que sabían a masa frita. Se ordenó, solomillo, conejo y hueso de marrano, sin llegar a deslumbrar la comida estaba muy bien preparada y autóctona sin alejarse demasiado de su esencia.

Este restaurante tiene un gran variedad de ceviches lo cual lo hace atractivo al público, sin embargo el boom de su fama no está correlacionado con la calidad de sus platos. Los ceviches son bastante normales, les falta ese algo por el cual uno volvería varias veces. El servicio es atento y el ambiente es muy bueno.

Este restaurante se destaca por su sencillez, pero a la vez por su propia esencia. La comida es bastante buena dándole un toque especial a platos típicos y simples. El servicio excelente y muy atento a las necesidades de los comensales. Muy recomendado ir a desayunar.

El restaurante es bueno, se pone en la lista de estos nuevos lugares con una tendencia de misticismo y el ambiente es la prioridad para este sitio. La comida es buena, sin embargo no llega a descrestar en ningún momento y fácilmente se compara con comida ya conocida en otros restaurantes de la Ciudad.

Una grata sorpresa este restaurante, la pizza Maria Antonia y la Ada sencillamente perfectas. El ambiente del lugar es bastante especial y el servicio es muy bueno. Excelente para un plan nuevo y refrescante en el Centro de Bogotá.

El ambiente del restaurante es realmente fascinante, el servicio es impecable, la comida a pesar de estar bien servida no supera la expectativas de cualquier restaurante de comida asiática. Pedimos el Bibimbap y el risotto y estaban muy bien, sin embargo puede el restaurante tiene la capacidad para tener platos más impactantes e influyentes. Muy recomendado el cóctel con bourbon y canela.

Harry Sasson es sin duda alguna el restaurante que abrió la puerta a la alta cocina en el país, sus palos son deliciosos especialmente los langostinos con marañones y pega de arroz y los pandeyucas son imperdibles, el ambiente es especial y el servicio impecable, haciéndolo uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Sin embargo se quedó en su zona de confort donde uno siempre va a la fija, pero ningún palo de sale de su espectro de normal.

Excelente, este restaurante pone la barra aún más alta de los restaurantes en Bogotá, el servicio es impecable y los platos tienen sus sabores balanceados. Nos dejamos guiar por Daniel donde nos enseñó todo tipo de platos con distintas texturas y sensaciones. Definitivamente el mejor restaurante de la ciudad al día de hoy.

Es un excelente restaurante, el cual tiene presente su esencia pero le gusta innovar. El pulpo con pesto de garbanzo es delicioso, de fuerte pedimos ravioles de plátano maduro con cordero y asado de tira. Perfecta cocción y un muy bien balance de sabores. El ambiente es bastante calmado y la música acompaña muy bien la comida. El servicio es impecable. Muy recomendado