Pedí un filete de corvina. Estaba muy seco el pescado, lo cocinaron tanto que no tenía sabor. El lo saltado usualmente debe llevar los trozos grandes de cebolla y tomate, pero aquietaban cortados por mitades, lo que deterioraba la presentación del plato.

La comida deliciosa, el ambiente perfecto, el volumen de la música ideal ( como la música misma) y el servicio inmejorable. En especial si los atiende Julian.

La carta además de decir mil veces afrodisiaco, es muy confusa. Pedimos los tres ceviches y dos de ellos eran pasados de limón. A los langostinos no les va bien la salsa de vino tinto y los tragos que pedimos en cuanto llegamos se demoraron 25 minutos.

Cometen los pecados de los restaurantes recién abiertos. En general la experiencia es buena. Volveremos en unos meses para ver como les ha ido y si han superado los problemas del arranque.

El risotto 4 que quesos era arroz en crema de leche. El lomo con sala de queso estaba muy rico.