Un lugar diferente, para salir de la rutina y el ruido de la cuidad, a pesar de estar dentro de la misma. Ofrece una carta sencilla, no muchos platos, lo cual me parece mejor para el comensal. La comida muy buena y que mejor manera de cerrar la velada con unas trufas de chocolate, obsequio de la casa. Invitan a volver!

Hay que felicitar al community manager del restaurante porque hace que a uno le den ganas de ir. Lastimosamente la realidad es otra. El perro caliente con peperoni es rico pero nada del otro mundo al igual que la sopa de tomate, los crutons se ven mejor en la foto. Los sanduches de chicken parmesan bastante pobres... No tenía casi pollo. Después de casi 45 minutos esperando, lo sientan a uno supremante espichado, no se podía hablar bien y además la música bastante alta, lo cual no le permiten a los meseros entender bien la orden, me trajeron algo que no pedi. Entre estar incomodo, con poca comida y a esos precios no dan ganas de volver ni de recomendar.

La hamburguesa es muy buena. La carne es jugosa y el pan fresco. Caras las adiciones de tocineta y huevo frito. Las costillitas también son muy buenas. Bastante decepcionada por el postre de pop corn. Es una porción grande y hostigante. Hay poco equilibrio entre los trozos de la torta con el pudín. Mucho caramelo y sobra el caramelo duro. Lo mejoraría con una base un poco mas gruesa de la torta, una capa del pudín, puntos de caramelo y el pop corn. Por supuesto en una presentación mas pequeña ya que los platos fuertes son pesados y un toque dulce al final de la comida es perfecto.

El precio es un poco elevado. Aunque las hamburguesas son muy buenas. El ambiente es agradable. No recomiendo el Sunday, el helado es muy malo, se sienten los trozos de hielo.