Realmente no entiendo qué tipo de comensales puntúan mal a este sitio. En fin, servicio completamente controlado por el equipo, cocina, sala y barra con dominio absoluto. Los platos deliciosos, son cocineros rebeldes, como debe ser.

El sitio es muy guapo, el servicio de 10, pedimos hummus, el pan pita sabroso y se agradecen los garbanzos tostados que dan crujiente chevere, pero el hummus mismo estaba excesivamente ácido, sándwich de cerdo y el de trucha estaba buenos.

El negocio súper bien pensado, y mejor ejecutado, directo a los sabores que quieren, esta gente tiene las cosas claras. Servicio súper amable, rápido, como debe ser una taqueria. Repetiría 100 veces más.

Lo primero decir, que el aroma a velas era excesivo e innecesario, me distrajo un rato, fui a un restaurante no a un spa. Me parece maravilloso el trabajo que están haciendo, se nota la investigación y la dedicación, me gusto sobre todo, aquello que tenia reducción fuerte, largas cocciones, en aperitivos la pota con encocado (mi favorito del menú), luego en fuertes el chivo y la crema de arracacia, que en textura era como una parmentier, deliciosa. La arepa-taco de pato muy rico, potente como debe ser una carne de caza. Pienso que todo colombiano debe sentirse orgulloso de este sitio, trabajazo. El servicio fue buenísimo, súper controlado, los chicos tenía completo dominio de los platos. La parte incómoda fue la especie de fiesta que tenía la imagen y símbolo del sitio, con sus escandalosos amigos en una esquina del restaurante, que el chico que nos explicaba pidió disculpas por haber sido un servicio tan ruidoso, donde el inglés súper mal hablado y los gritos de esta gente imperaba, fuimos la única mesa donde no se detuvo a preguntar algo, que en un servicio fuerte lo entiendo, pero ayer le sobraba tiempo, seguramente teníamos que haber vuelto desde el centro donde hicimos turismo todo el día, hacia nuestro hotel lejos al norte y vestirnos lo más top posible, para tener ese súper “honor”. Lo más feo fue ver como 2 de su equipo de cocina, se sentaban a beber con ellos en esa incómoda esquina, al menos espera que no hayan comensales o vete a una parte privada. Súper incomodo.