Fuimos tres veces a comer onces en diferentes horarios y nunca pudimos probar las almojabanas. Es incomprensible que un restaurante de esta categoría no tenga productos y no ofrezca cambios para los platos que ofrece, a saber, las "onces santafereñas". El servicio las tres veces que fuimos fue pésimo: se demoraron con los pedidos, con la cuenta, con la carta y la atención de los meseros deja mucho que desear.

Vamos regularmente los fines de semana, pero las últimas dos veces la carne de res, la carne de cerdo, las arepas de choclo, el chunchullo y el chicharrón habían sido preparados mucho antes y cuando los recibimos ya estaban fríos.

El restaurante es excelente en todo el sentido de la palabra. Cada uno de los platos y entradas es toda una experiencia gastronomica; el servicio y la atención son inmejorables; y los precios son razonables. Super recomendadas las entradas: tumaco, pica-pica y chicharrón de calamar. El flan de almojabana es increible!

Fuimos para la celebración de un cumpleaños un grupo de ocho personas. El espacio es muy agradable y la comida es buena, pero el servicio es pesimo. Tres muestras de lo que fue el pesimo servicio durante nuestra visita: 1. Cuando llegaron los platos pedimos pan para acompañar la comida y al cabo de 10 minutos volvimos a pedirle al mesero que trajera la orden, a lo que respondió de manera irrespetuosa y grosera "quiere que se lo traiga frio o que, espere que se está calentando". Cuando llego el pan ya habiamos terminado los platos y nunca recibimos una disculpa; 2. Olvidaron una bebida y duraron casi 20 minutos y tres llamados para cumplir con la orden; 3. Olvidaron el pitillo de una de las bebidas y por más de que se le dijo a los meseros, nunca lo trajeron. Por todo lo anterior, debo decir que aun cuando la comida es buena y el lugar es agradable, la atención es muy mala y hace que el deseo de pasar un buen rato termine en una persistente y molesta confrontación con los meseros.