Andrés Carne de Res es un ícono gastronómico y cultural del país, así que en nuestra visita fui con muy altas expectativas. El ambiente es muy ameno y divertido, la atención es espectacular, las instalaciones son agradables y muy llamativas. El menú es muy variado y hay para todos los gustos. En nuestro caso pedimos de entradas empanaditas de 4 sabores diferentes y estaban deliciosas. El menú de niños estaba regular(deditos de pescado). La picada mixta estaba bien pero nada que me llamara la atención, las carnes bien cocidas y la porción pequeña para el precio, no volvería a elegir el plato ( Trimixto de carnes).

La atención no fué la mejor, a pesar que no estaba lleno el restaurante. El lugar es lindo, una casa antigua colonial. Los platos nada del otro mundo, no regresaría ni lo recomendaría. Probamos la bandeja paisa, patacones con hogao y una pasta bien sencilla.

El lugar me pareció mucho más grande y más lindo que en las fotos. El ambiente estaba muy ameno y estaba concurrido(jueves). Fuimos con dos niños de 13 años que disfrutaron muchísimo tanto el ambiente como las comidas. Las entradas muy deliciosas, la degustación de ceviches esta bien variada, como entrada esta excelente al igual que el roll crocante. Los platos fuertes tienen buena presentación y tamaño, de sabor están super deliciosos. Probamos la plancha al ajillo, arroz aeropuerto, filete de salmón y corvina a la plancha. Las bebidas muy buenas sobre todo el pisco con maracuyà. La atención un poco demorada, el mesero tomaba mucho tiempo en asistirnos. Al final no nos pudieron llamar un taxi que nos devolviera al hotel ya que nos dijeron que "Estaban muy ocupados" eso fue lo peor de la atención... empañó todo lo bueno de la velada.