La comida no es nada especial. El tamaño de las porciones es mucho menor al gramaje ofrecido en la carta. Comí pescado, no estaba de buen sabor, para rematar, pedí limón para el mismo y me llevan solo dos gajos... parece que les costara a los meseros o se los descontaran a ellos de su sueldo. Por ese precio creo que existen muchas opciones de calidad infinitamente superior.

En algún momento leí un artículo en un periódico local acerca de como los restaurantes en Bogotá estan sobrevalorados; este es el claro ejemplo de tal artículo. La comida, que considero promedio, nada especial ni de preparación compleja, tiene un precio exorbitante. Para rematar, las porciones son muy pequeñas y para quedar relativamente satisfecho, es necesario pedir muchas tapas y un plato principal, aumentando con esto el valor de la cuenta. A resaltar, el ambiente es bueno, la música en vivo es excelente. Conclusión: los bogotanos merecemos mejor comida y mejores porciones a un precio más razonable.

Esta lejos de ser un buen restaurante, la comida es pésima, no tiene nada de ambiente argentino y el servicio deja mucho que desear.