Era uno de mis restaurantes favoritos cuando vivía en Bogotá. Lastimosamente tuve la oportunidad de volver y salí decepcionada. La comida no se parece al recuerdo que tenía. Los calentados simples y prácticamente sin carne. El salmón un poco seco. Pocas ganas me quedaron de volver.
El lugar es muy bonito y tiene juegos para que los niños se entretengan en la mesa.
La comida es buena, aunque el pato con salchichas del menú infantil, era demasiado grasoso.
Se nota el afán de los meseros para desocupar las mesas y así poder hacer seguir a otros clientes.
El concepto es innovador en el país. Los precios de la comida absolutamente exagerados, aunque la cantidad es abundante, no se justifica. El servicio tiene mucha oportunidad de mejora. Al igual que el sonido del lugar, ya que los animales, sumados a la televisión, más los asistentes, hacen que el ruido se vuelva incómodo. No estoy de acuerdo con que un porcentaje de la propina se destine a reemplazar utensilios que se dañen.
Excelente descubrimiento en Bogotá. Aunque la entrada de pulpo era pequeña, su sabor estuvo exquisito. Los makis de muy buen sabor y presentación. El servicio estuvo impecable y lleno de buenas recomendaciones.
Diner (Parque de la 93)
Era uno de mis restaurantes favoritos cuando vivía en Bogotá. Lastimosamente tuve la oportunidad de volver y salí decepcionada. La comida no se parece al recuerdo que tenía. Los calentados simples y prácticamente sin carne. El salmón un poco seco. Pocas ganas me quedaron de volver.
Al Agua Patos (Calle 104)
El lugar es muy bonito y tiene juegos para que los niños se entretengan en la mesa. La comida es buena, aunque el pato con salchichas del menú infantil, era demasiado grasoso. Se nota el afán de los meseros para desocupar las mesas y así poder hacer seguir a otros clientes.
Jungla Kumba (C. C. Fontanar)
El concepto es innovador en el país. Los precios de la comida absolutamente exagerados, aunque la cantidad es abundante, no se justifica. El servicio tiene mucha oportunidad de mejora. Al igual que el sonido del lugar, ya que los animales, sumados a la televisión, más los asistentes, hacen que el ruido se vuelva incómodo. No estoy de acuerdo con que un porcentaje de la propina se destine a reemplazar utensilios que se dañen.
Toshiro
Excelente descubrimiento en Bogotá. Aunque la entrada de pulpo era pequeña, su sabor estuvo exquisito. Los makis de muy buen sabor y presentación. El servicio estuvo impecable y lleno de buenas recomendaciones.
Masa (Zona G)
Ricos los panes. Normales los desayunos. Terrible el servicio, muy mala actitud de sus meseros. Lástima porque se arruina un poco la experiencia.