La entrada laberíntica nos hizo pensar que seria un sitio especial y distinto. El lugar es demasiado cerrado, hasta el punto que acaba siendo cargado en olores. La música excesivamente alta. En una mesa de 4 nos fue imposible hablar. Aunque le pedimos en varias ocasiones al mesero que nos ayudaran con la música, nos hicieron caso omiso. Mi pareja y yo pedimos unas croquetas de risotto que estaban rotas o explotadas, langosta con pasta al burro me pareció mal plato para una propuesta divertida. Sabia a queso y no a langosta, difícil de comer. El pepper staek venia en un plato hondo demasiada salsa y el sabor era pimienta con carne, el sabor de la carne se perdió completamente. Los postres creativos en principio pero son buenos.
Los huesitos de marrano, la morcilla de Burgos, el pulpo a la parrilla y el mero al limón. Esta comida me conquisto el corazón. El servicio excepcional y el ambiente inmejorable. Me encanta sentarme en la falsa terraza interior y admirar el diseño de la estructura desordenada y armónica a base de formas triangulares. Para los que no se hayan dado cuenta el marmol del piso esta cortado exactamente igual que las formas del techo. Realizando un espejo que no tengo palabras.
Ir a la barra para que te atiendan rápido siempre es una buena opción. Cervecita fría, unos nachos y la bandeja Aladin que lleva de todo para compartir es suficiente y un acierto para mi.
Es un sitio fantástico, privado y con una de las mejores terrazas que he visto. Muy buen ambiente. La carta amplia y variada. Nos sorprendieron con una cortesía del chef al llegar nuestras bebidas, salmos ahumado con almendras. De entrada no pedimos nada si no fuertes. Corvina al horno de leña, NY steak con salsa de mani y un sweet & sour de pollo. El postre fue genial una bola de chocolate que se derrite y esta lleno de fresas, banano, vainilla y con pequeños trocitos de brownie.
Sitio rico para ir de tapas. El sitio no es cutre pero tampoco confortable. Se nota que empezaron poco a poco. Los meseros muy dispersos y no se conocen la carta. Rico pedir varias entradas las croquetas y la tortilla muy ricas. Los arroces campeones.
Nos recibieron con un escueto estamos llenos. Decidimos que queríamos probar y esperamos. Nos pasaron a la barra la cual fue ruidosa y aunque fueron amables no nos prestaron mucha atención. Las sillas están tan apretadas o juntas que uno se siente embutido. Tomamos una bebida y dos entradas. Pulpo, la verdad mucha papa y poco tentáculo 29.900 y calamares a la española, no estaban malos pero no me gustaron 19.900.
Nos pasaron a la mesa y me quedo claro que no han desperdiciado un espacio, las mesas están muy juntas apenas se tiene intimidad para conversar. Fue la primera pesa a la derecha junto al pase de cocina y era un día frío lo cual la puerta hacia que entrara chiflón constante. Me destemplo y me sentí incomoda.
De fuerte pedi un pollo pic nic que tengo que decir que me gusto 30..900 y mi acompañante un salmo con ensalada 34.900 la cocción no fue la correcta.
Lo mejor fue el postre Pavlova 10.900
El sitio fue correcto pero no me sentí comida, estaba lleno de la gente que es. Creo que arrastra la fama de la cadena de restaurantes a la que pertenece y tiene sus luces y sombras.
Relación costo beneficio no salí satisfecha
N.N.
La entrada laberíntica nos hizo pensar que seria un sitio especial y distinto. El lugar es demasiado cerrado, hasta el punto que acaba siendo cargado en olores. La música excesivamente alta. En una mesa de 4 nos fue imposible hablar. Aunque le pedimos en varias ocasiones al mesero que nos ayudaran con la música, nos hicieron caso omiso. Mi pareja y yo pedimos unas croquetas de risotto que estaban rotas o explotadas, langosta con pasta al burro me pareció mal plato para una propuesta divertida. Sabia a queso y no a langosta, difícil de comer. El pepper staek venia en un plato hondo demasiada salsa y el sabor era pimienta con carne, el sabor de la carne se perdió completamente. Los postres creativos en principio pero son buenos.
Harry Sasson
Los huesitos de marrano, la morcilla de Burgos, el pulpo a la parrilla y el mero al limón. Esta comida me conquisto el corazón. El servicio excepcional y el ambiente inmejorable. Me encanta sentarme en la falsa terraza interior y admirar el diseño de la estructura desordenada y armónica a base de formas triangulares. Para los que no se hayan dado cuenta el marmol del piso esta cortado exactamente igual que las formas del techo. Realizando un espejo que no tengo palabras.
Hard Rock Café
Ir a la barra para que te atiendan rápido siempre es una buena opción. Cervecita fría, unos nachos y la bandeja Aladin que lleva de todo para compartir es suficiente y un acierto para mi.
Upper Side
Es un sitio fantástico, privado y con una de las mejores terrazas que he visto. Muy buen ambiente. La carta amplia y variada. Nos sorprendieron con una cortesía del chef al llegar nuestras bebidas, salmos ahumado con almendras. De entrada no pedimos nada si no fuertes. Corvina al horno de leña, NY steak con salsa de mani y un sweet & sour de pollo. El postre fue genial una bola de chocolate que se derrite y esta lleno de fresas, banano, vainilla y con pequeños trocitos de brownie.
Cibeles Gastronomía y Vino
Sitio rico para ir de tapas. El sitio no es cutre pero tampoco confortable. Se nota que empezaron poco a poco. Los meseros muy dispersos y no se conocen la carta. Rico pedir varias entradas las croquetas y la tortilla muy ricas. Los arroces campeones.
Primi
Nos recibieron con un escueto estamos llenos. Decidimos que queríamos probar y esperamos. Nos pasaron a la barra la cual fue ruidosa y aunque fueron amables no nos prestaron mucha atención. Las sillas están tan apretadas o juntas que uno se siente embutido. Tomamos una bebida y dos entradas. Pulpo, la verdad mucha papa y poco tentáculo 29.900 y calamares a la española, no estaban malos pero no me gustaron 19.900. Nos pasaron a la mesa y me quedo claro que no han desperdiciado un espacio, las mesas están muy juntas apenas se tiene intimidad para conversar. Fue la primera pesa a la derecha junto al pase de cocina y era un día frío lo cual la puerta hacia que entrara chiflón constante. Me destemplo y me sentí incomoda. De fuerte pedi un pollo pic nic que tengo que decir que me gusto 30..900 y mi acompañante un salmo con ensalada 34.900 la cocción no fue la correcta. Lo mejor fue el postre Pavlova 10.900 El sitio fue correcto pero no me sentí comida, estaba lleno de la gente que es. Creo que arrastra la fama de la cadena de restaurantes a la que pertenece y tiene sus luces y sombras. Relación costo beneficio no salí satisfecha